Inflación y COVID – Un análisis con OSINT

¡Hola, Cyber Hunters! 🦊

La llegada de la pandemia de coronavirus ha modificado una multitud de aspectos en nuestra vida.

Durante el confinamiento y los meses posteriores de emergencia sanitaria nos acostumbramos a situaciones que nunca nos habríamos imaginado antes.

Empezamos a interesarnos y a buscar información sobre epidemiología, sobre los distintos tipos de vacunas y su producción, sobre la incidencia de un suceso imprevisto en la economía global y en nuestro día a día.

Aprendimos para qué servían los distintos tipos de mascarillas y los vacíos legales que nos permitían no usarlas.

Hemos vivido, y vivimos, una situación totalmente propia del siglo XXI. Unas medidas así no se hubiera podido implementar en el siglo XX. Todo ello gracias a los medios de comunicación y a las nuevas tecnologías.

Todo ello nos da información y poder, pero también nos hace más vulnerables.

A finales de junio de 2022 se ha producido un hecho muy curioso, que evidencia nuestra permeabilidad a la información que nos llega, independientemente de su origen.

La relación entre la séptima ola de coronavirus y la desaceleración de la subida de la inflación son dos hechos simultáneos, que no tienen porqué tener una relación directa y dirigida, o al menos no se han podido encontrar datos que lo acrediten para incluir en este artículo.

Se han producido una serie de acontecimientos en el tiempo, en los que unos podrían haber afectado a los otros, esos datos son los que se tienen y como tal se exponen:

A finales de julio de 2022 el Instituto Carlos III, fuente de referencia para el estudio del covid-19 en España, solo habla de seis olas.

Una de las razones por las que no entra dentro de sus estadísticas los datos de la “supuesta séptima ola” es debido al cambio metodológico que se produce tras la última ola de finales de 2021. La gran disponibilidad de test serológicos hace que los datos no sean comparables con los de las anteriores olas del contagio.

Por otra parte, el último cambio metodológico se puede destacar porque solo publica datos una vez a la semana y por qué se centra solamente en la población de más de 60 años.

 

 

Por lo que se puede interpretar que la expresión “séptima ola” no está amparada por el ámbito científico ni sanitario.

Igualmente, podemos ver que en Francia se pone fin definitivamente al estado de emergencia impuesto desde el inicio de la pandemia.

Sería valoración de otro artículo dilucidar si la pandemia ha terminado o no, pero a efectos de las ideas que se quieren desarrollar aquí, se puede afirmar que la incidencia sanitaria más grave y con menos relación para con lo que afecta a la normalidad de la sociedad y de la economía, no es significativa.

“El domingo (31 de julio de 2022) se creó en Francia un nuevo comité de seguimiento y previsión de riesgos sanitarios que sustituye al consejo científico sobre el Covid y al comité de dirección de la estrategia de vacunación, poniendo fin al estado de emergencia impuesto desde el inicio de la pandemia.” 

Podéis leer el artículo entero en el siguiente enlace:

https://www.rfi.fr/es/francia/20220801-francia-pone-fin-al-estado-de-emergencia-por-el-covid-y-disuelve-el-consejo-cient%C3%ADfico

En este sentido, llama la atención el uso repetitivo de la expresión “séptima ola” en los medios de comunicación. Pues como se ha dicho, la máxima institución sanitaria hasta el momento solo habla de 6.

 

 

https://trends.google.es/trends/explore?geo=ES&q=septima%20ola

Según Google Trends, la máxima aparición de esa expresión en sus búsquedas corresponde al periodo entre el 3 y el 9 de julio de 2022.

Lo que indica que ha sido un hecho que ha podido preocupar a la opinión pública, basado en un aumento de los contagios y de las infecciones, pero que no ha tenido una traslación al ámbito sanitario. Los servicios de salud no se han visto saturados en esta ocasión.

El otro dato con el que se va a trabajar en esta exposición es con la inflación.

Como se puede ver en el gráfico, el aumento del IPC sigue una escala ascendente desde que la incidencia de la epidemia de coronavirus ha ido perdiendo intensidad. El cuello de botella en la cadena de distribución mundial, produjo un desabastecimiento de productos, lo que aumentó su precio. Y el hecho del ataque por parte de Rusia a Ucrania aceleró e intensificó este fenómeno.

 

 

https://cincodias.elpais.com/cincodias/2022/07/29/economia/1659075714_226137.html

Poniendo el foco en uno solo de los productos que configuran el IPC, los combustibles, dada su alta volatilidad, nos encontramos con la siguiente evolución de los precios del mismo:

  • El 20 de junio de 2022 se llega al precio más alto de la gasolina sin plomo de 95 octanos, marcando 2,14€/Litro.
  • A partir de esa fecha comienza una bajada progresiva del precio del mismo producto.

 

https://www.race.es/evolucion-precio-diesel-gasolina

Hasta aquí la exposición de los datos. Y no cabe por menos que señalar que la diferencia entre el 20 de junio y el 3 de julio es un lapso muy breve de tiempo. Hay una coexistencia temporal muy clara entre la escalada final del precio de los combustibles (insisto en este punto: como ejemplo más claro de una tendencia inflacionista dentro del conjunto de todos los datos del IPC) y la escalada del concepto “séptima ola” dentro de las búsquedas realizadas en Google.

Trabajando con los mismos conceptos se puede ver que la aceleración de la escalada ocupa el mismo periodo temporal. La última semana de junio es el momento en que los dos fenómenos coexisten.

Y, por supuesto, lo que llama más claramente la atención es que llegados al punto álgido de la primera semana de julio, comienza a decrecer la búsqueda de los términos “séptima ola” a la vez que comienza a bajar el precio de los combustibles.

No es el objetivo de este texto crear conclusiones precipitadas y carentes de fundamento. Simplemente, remarcar la coexistencia de dos fenómenos poco frecuentes. Por un lado, la proliferación de una emergencia sanitaria, que no tuvo correlación oficial ni médica, y por otro que el precio de los combustibles comience a descender en el periodo del año en el que es habitual que se produzca el hecho contrario. De hecho, a principios de agosto de 2022 el precio del combustible es casi el mismo que el previo a la invasión rusa, y las medidas sanitarias se han relajado tanto que en un país vecino como Francia, se implementa la medida de dejar de considerar el coronavirus una emergencia sanitaria como hasta el momento.

¡¡¡Hasta la próxima publicación y buena investigación Cyber Hunters!!!🤓

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Redacción: Alejandro Ruiz
Edición y revisión: Patricia Caballero